Cada vez que pienso en ti me recorre el alma un sentimiento que va más allá de lo habitual en este mundo parado en su propia contemplación.
He visto como el auge del sinsentido sigue creciendo, sin parar.
Sabes que estoy de nuevo con un sentimiento que va creciendo poco a poco.
No sé que pasará en el futuro. Sólo te pido que si puedes nos ayudes. Cuando las cosas se ponen difíciles no sé cuánto podré soportar. Tu pérdida ha sido tremenda para mi alma. Más allá de lo que hubiese podido soportar si hubiese sido de otra manera, pero no. Fue como fue. Enorme. Enorme amor, cariño y devoción. Tanta fue que ahora que no te tengo junto a mi necesito seguir derrochando amor, de darme enteramente. Creo que he encontrado quien necesita recuperar su vida, quien necesita volver a nacer, empezar de nuevo, es el destino quien nos guia. Nos une através de la vida. No creo en las casualidades, todo está predestinado. No acabamos a comprender cómo serán las cosas. Suceden, se suceden unas a otras, sin saber como dirigirlas, dirigiéndote a ti, a cada uno de nosotros, como muñecos en la vida que nos recorre día a día las venas que nos sumistra el impulso para seguir el camino predeterminado.
Sé que sabes que todo está ocurriendo según el destino y que por eso tratarás de que ese destino amortigue los sufriemientos de cada uno de nosotros para vivir en ti como cuando estabas con nosotros, compartiendo, en amor, en esencia de cariño, de entrega y abnegación.
Cada vez que pienso en ti, el amor de nuestra vida se hace más enorme, se engrandece, surge del fondo de mi alma y recuerdo, no, no recuerdo, siento el amor, tu amor, nuestro amor, el que ahora sale a raudales de mi alma, el que se desborda en cada segundo de mi vida, en la busqueda de la ayuda, de la protección de la entrega, de la reparación. Te amo. Me has dado tanto que ahora no sé que hacer con este quebrando que mi alma ha sufrido. Necesito que ella comprenda que puede disfrutar de este amor como lo hicimos nosotros, que el riesgo merece la pena, que no debe haber miradas atrás, que la lucha merece la pena, que la entrega supondrá la redención del amor. Que podrá compartir lo que ha buscado desde el sufrimiento que le destinaron experimentar. Espero que nos ayudes. Más a ella que a mi. Tu amor me sigue dando confianza, me sigue proporcionando fuerzas. Fuerzas para crecer, para luchar, para llorar en silencio, escuchando música mientras que cada poro de mi piel recuerda tanta entrega, tanto cariño compartido, tanto pensamiento fundido en uno sólo, el tuyo y el mío.
He aprendido, creo que he aprendido que cada segundo de mi vida pasada ha sido un mensaje que han recibido quienes han estado tan próximos a nosostros; tus hijas, que ahora ya no podemos compartirlo más, pero que me das la ocasión de crear confianza nuevamente, por la fuerza que me das, para que otra criatura entre en el círculo de la felicidad, del amor, de aprender que la vida es más que sufrimiento, aunque sea su esencia. Que del sufrimiento se puede redimir el alma, que finalmente triunfa y con el apoyo de otro puede superar las pruebas más difíciles. Te ruego que nos ayude, que la ayudes. Sé que en tu infinita bondad harás todo lo posible.
He visto como el auge del sinsentido sigue creciendo, sin parar.
Sabes que estoy de nuevo con un sentimiento que va creciendo poco a poco.
No sé que pasará en el futuro. Sólo te pido que si puedes nos ayudes. Cuando las cosas se ponen difíciles no sé cuánto podré soportar. Tu pérdida ha sido tremenda para mi alma. Más allá de lo que hubiese podido soportar si hubiese sido de otra manera, pero no. Fue como fue. Enorme. Enorme amor, cariño y devoción. Tanta fue que ahora que no te tengo junto a mi necesito seguir derrochando amor, de darme enteramente. Creo que he encontrado quien necesita recuperar su vida, quien necesita volver a nacer, empezar de nuevo, es el destino quien nos guia. Nos une através de la vida. No creo en las casualidades, todo está predestinado. No acabamos a comprender cómo serán las cosas. Suceden, se suceden unas a otras, sin saber como dirigirlas, dirigiéndote a ti, a cada uno de nosotros, como muñecos en la vida que nos recorre día a día las venas que nos sumistra el impulso para seguir el camino predeterminado.
Sé que sabes que todo está ocurriendo según el destino y que por eso tratarás de que ese destino amortigue los sufriemientos de cada uno de nosotros para vivir en ti como cuando estabas con nosotros, compartiendo, en amor, en esencia de cariño, de entrega y abnegación.
Cada vez que pienso en ti, el amor de nuestra vida se hace más enorme, se engrandece, surge del fondo de mi alma y recuerdo, no, no recuerdo, siento el amor, tu amor, nuestro amor, el que ahora sale a raudales de mi alma, el que se desborda en cada segundo de mi vida, en la busqueda de la ayuda, de la protección de la entrega, de la reparación. Te amo. Me has dado tanto que ahora no sé que hacer con este quebrando que mi alma ha sufrido. Necesito que ella comprenda que puede disfrutar de este amor como lo hicimos nosotros, que el riesgo merece la pena, que no debe haber miradas atrás, que la lucha merece la pena, que la entrega supondrá la redención del amor. Que podrá compartir lo que ha buscado desde el sufrimiento que le destinaron experimentar. Espero que nos ayudes. Más a ella que a mi. Tu amor me sigue dando confianza, me sigue proporcionando fuerzas. Fuerzas para crecer, para luchar, para llorar en silencio, escuchando música mientras que cada poro de mi piel recuerda tanta entrega, tanto cariño compartido, tanto pensamiento fundido en uno sólo, el tuyo y el mío.
He aprendido, creo que he aprendido que cada segundo de mi vida pasada ha sido un mensaje que han recibido quienes han estado tan próximos a nosostros; tus hijas, que ahora ya no podemos compartirlo más, pero que me das la ocasión de crear confianza nuevamente, por la fuerza que me das, para que otra criatura entre en el círculo de la felicidad, del amor, de aprender que la vida es más que sufrimiento, aunque sea su esencia. Que del sufrimiento se puede redimir el alma, que finalmente triunfa y con el apoyo de otro puede superar las pruebas más difíciles. Te ruego que nos ayude, que la ayudes. Sé que en tu infinita bondad harás todo lo posible.
Te amo Maricarmen.
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