¡Cómo ha cambiado mi vida en tan pocos días!. Bueno, todavía no tanto. Pero es un inicio.
He reconocido a un ser que merece una oportunidad, como yo, para seguir viviendo con amor, que merece ser feliz, por sí y por lo que ha sufrido hasta aquí.
Tiene dudas. Yo también. Tenemos miedos, ella y yo. Me cree vulnerable. Es vulnerable.
No quisiera nunca hacerle el más mínimo daño. Ella no puede hacérmelo a mí. Eso creo, teniendo tu compañía, con tu ser a mi lado, dentro de mi, compartiendo cada instante en mi esencia en su presencia.
No sé cómo expresarlo, pero creo que puede salir bien. No será fácil. Es una persona con una capacidad que no utiliza para ser feliz, pero con mucho potencial. La vida no la ha tratado bien, la ha maltratado, la han buscado para luego tirarla a un lado, apartarla, dejarla sóla. Qué pena de vida cuando no se da vida, cuando no se mira al otro a los ojos, se le da lo mejor de lo que uno tiene. Bueno, también hay que tener suerte. Las circunstancias no siempre ayudan, pero hay que intentarlo. Bueno, cada uno tiene su grado de compromiso, lo mismo que de inteligencia, bondad, ternura, amor, y demás detalles que nos hacen tan diferentes de uno de otros.
Poco a poco te iré mostrando el rumbo que ha señalando la brújula, los hados han dictado su sentencia, el campo se ha sembrado, las nubes preñarán los terrones del suelo que dejarán brotar poco a poco el verdor que precede a la flor.
Te amo Maricarmen, mi vida.
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