jueves, 17 de mayo de 2007

A vueltas con el tiempo

Hay quien dice que cada día que pasa es más duro.

La experiencia personal, en esto que estamos pasando, como en todo, es diferente para cada persona, aunque pueda tener aspectos coincidentes.

Las sensaciones que voy teniendo, los pensamientos, los estados de ánimos van cambiando continuamente. A veces, lo soporto bastante bien, voy aguantando el tipo, me distraigo con el trabajo, con el cuidado de la casa, la comida, las mil tareas diarias de las que tú nos privabas con tanto cariño mientras pudiste; otras veces, el corazón se resiente, el pensamiento se bloquea, la vista se nubla, la memoria recorre una y otra vez los senderos que tiene marcados entre sus entresijos, recuerdos de ayer, recuerdos de mucho tiempo atrás, recuerdos de amor, de sencillez, de compañía, de complicidad, recuerdos de sensatez, de coincidencia de cariño compartido hasta la esencia de los huesos.

Es cierto, que en ocasiones pienso que cada día te echo más de menos, que tu ausencia es rotundamente inmensa, que rebota en mi cabeza el vacío que has dejado en mi vida, pero me convences una vez más diciéndome, susurrándome que estás conmigo, dentro de mi, en cada gesto o paso que hago y doy, en cada respiración, en cada ahogo por ti, por nuestro amor, por tanta vida que hemos compartido.

El día 15 celebramos que a las quince quince del año ochenta y uno del siglo pasado trajiste a nuestro lado a una niña pequeñita y preciosa que ha sido, es y será un trocito de nuestra alma compartida mientras que Dios exista, aunque no podamos verla, como tú ahora. Bueno, quiero decir en directo.

Estamos esperando el regalillo que le hemos hecho. Creo que le ha gustado bastante, bueno, que le gustará. Ya sabe lo que es y parece que le ha encantado.

Quiero que veas una de las fotos que se hicieron con la tarta. Estefanía, como cada una de tus hijas, es una maravilla. Ojalá que sepa encauzar su vida y pueda ser feliz. Ese era uno de tus objetivos cuando hablabas con ella, convencerla de que tiene derecho, que merece una vida feliz, que debe buscarla y tiene la obligación de encontrarla.

Yo opino igual que tú, bueno pensamos igual, que debería reorientar su corazón, pero los corazones son libres y el de ella también, porque así las hemos criado a las tres. Ojalá que el regalo que le hagas sea ése, precisamente ése, que consiga ser feliz como merece, no como quieran hacerla.

TE AMO, MARICARMEN GONZÁLEZ,
TE QUIERO CON TODA MI ALMA.

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