No sé cómo ha sido, no sé como está pasando, sólo lo estoy viviendo.
Pocos pasos he dado, pero se han prolongado de tal manera, con tanto ritmo y velocidad que no puedo parar, no quiero parar.
La esperanza ha tomado cuerpo delante de mi. Una persona que aparece como diosa me ha reclamado, yo como soldado obediente y disciplinado a su encuentro he acudido. De pronto, en el camino, tras algunos pasos mal dados, me he encontrado corriendo por estar a su lado.
Quiero seguir, tengo que seguir porque creo que la puerta he traspasado, las plegarias me han escuchado y me está ayudando a recorrer los primeros trechos quien mi vida ha compartido amorosamente durante, prácticamente, toda ella.
Gracias a quien corresponda. Ojalá este camino que ahora emprendo tenga buenaventura y sus frutos satisfagan a todos.
Siento que el corazón de nuevo late con esperanza, vida y amor.