Hola mi amor
Hoy he ido a recoger los papeles y la liquidación al seguro. También fuí al médico. Me preguntó por ti. Le conté todo lo que había pasado de forma resumida. Le dije que estaba cansado, que me sentía muy cansado. Ahora aún lo estoy más. No sé si será por la visita posterior al seguro, pero lo cierto es que me encuentro agotado.
Me ha dicho que el duelo, el dolor puede que dure hasta seis meses. Que aunque no haya luego olvido, pero se alivia el sufrimiento. No sé. Me encuentro bastante regular, mejor dicho, mal: cansado, desanimado, dolorido, angustiado, sin ganas de nada, perdido, angustiado, vencido, apaleado, torturado, roto, desvalido, desprotegido, en soledad aunque no sólo, ausente, vacío, reo, preso, atado, desarmado, ...
Las notas de Cristina no han sido todo lo bueno que ella puede conseguir, pero para lo que estamos pasando, creo que puedes sentirte orgullosa de ella.
Cada día siento que te necesito como al aire que respiro. Me ahogo sin ti, sin tu compañía, sin tu presencia, sin tu estar, sin tocarte, sin acaciarte, sin tenerte entre mis brazos, sin besarte, sin disfrutar de ti. Te siento tan dentro que el alma se rebela buscandote alrededor de mi, de mi espacio exterior porque al estar tan dentro de mi ser, mi ser se rebela contra tu ausencia, se revuelca en la soledad, se derrite por la angustia que ahoga mi pecho, mi ánimo, que me ahoga a mí.
Pero no desesperemos, estás dentro de mí y eso me ayuda, me ayudará y entre los dos, de nuevo, encontraremos el camino para que tú en mí y yo contigo en mi interior, volvamos a disfrutar de vivir, de la vida, de sus alegrías, de sus placeres, de sus sufrimientos y penalidades, que todo en esta vida es tener el fruto de esta existencia, que en locura se convierte de alegría o de pena, cuando menos te lo esperas.
TE AMO.
También a vosotras, mis niñas.
Qué satisfecho estoy, a pesar de que no estás, por la vida que hemos compartido. Este será el punto y seguido para, con tu ayuda y tu presencia dentro de mí, pueda regenerar mi ser, tu ser en mi, y apriete otra vez el paso para, incansable, trazar nuevos caminos, unos tortuosos y otros derechos, como el del rayo de sol que nunca acierta con la diana a la que su amo lo lanzó.
TE AMO.